jueves, 3 de febrero de 2011

Egipto hace que protestas tomen cuerpo en el mundo árabe

Los sucesos de Egipto no están aislados y aunque se han circunscrito a su territorio, países vecinos presentan síntomas similares.
Manifestantes exigen inmediata salida de Mubarak. (Mohammeb Abed/AFP)
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LEDA PIÑERO |  EL UNIVERSAL
miércoles 2 de febrero de 2011  06:26 AM
La crisis política que se ha desatado en el mundo árabe tuvo ayer un punto de clímax con la demostración ofrecida por cientos de miles de egipcios, que por octavo día consecutivo y desafiando a la propia autoridad, se lanzaron a las calles de El Cairo a exigir con una firmeza indiscutible la salida del presidente Hosni Mubarak del poder, que ostenta en ese país desde hace 29 años.

Tanta voluntad y decisión de una sociedad movilizada por el afán de lograr una conquista democrática dio frutos, aunque no haya satisfecho del todo las demandas, cuando el mandatario en una alocución televisada, en horas de la noche, anunció su decisión de no lanzarse para las próximas elecciones presidenciales que se celebrarán en el mes de septiembre, así como la puesta en marcha de una serie de reformas constitucionales que garanticen lo que él mismo definió como una "transición pacífica en el poder".

Este hecho histórico en la historia del país árabe representa un paso adelante para una población cansada del continuismo, de la corrupción, de la represión, de las pocas perspectivas de futuro. Cabe recordar que son precisamente los jóvenes quienes han estado al frente de esta revolución. Jóvenes con deseos de libertad, de derechos satisfechos y oportunidades.

Egipto, que comenzó sus revueltas en un intento por emular lo sucedido en Túnez con la dimisión del presidente Zine el Abidine Ben Alí, se colocó ayer en la cima de un movimiento de total carácter democrático que está tomando fuerza intensamente en esa región del mundo.

Los sucesos de Egipto no están aislados y aunque se han circunscrito a su territorio, países vecinos presentan síntomas similares. Al tiempo que miles de egipcios, provenientes de la capital El Cairo, así como de otras zonas de esa nación, se manifestaban enérgicamente en una plaza central coincidencialmente llamada "Tahrir", que en árabe significa "Liberación", en naciones vecinas las ansias de cambios también fueron expresadas.


En Yemen, donde el Parlamento prevé examinar en marzo una reforma constitucional que permitiría al presidente Alí Abdalá Saleh, en el poder desde 1990, convertirse en presidente vitalicio, los opositores han convocado para este jueves una jornada de protestas bautizada como "Jueves de la ira", en demanda de reformas políticas y con la esperanza de lograr que el régimen de Abdalá Saleh no se perpetúe.

Ante esto, el mandatario convocó al Parlamento a una reunión de emergencia para hoy en la que previsiblemente abordará el tema de la reforma que le permitiría presentarse a la reelección en 2013. Yemen es el país más pobre del mundo árabe y está bajo la constante amenaza de la agrupación terrorista Al Qaida, lo que hace a esta nación aún más vulnerable ante los conflictos políticos.

En Argelia, varios sindicatos convocaron huelgas en protesta por los altos índices de desempleo y la falta de perspectivas de futuro. En días anteriores tres jóvenes en son de protesta se autolesionaron, cortándose con cuchillas de afeitar. Antes, otros argelíes se prendieron fuego a lo bonzo.



Miembros de la oposición han solicitado libertad y democracia y están convocando a una gran manifestación el próximo 12 de febrero, en Argel, en la que exigirán la salida del Gobierno. Coincidencias con Egipto y Túnez saltan a la vista.



En Argelia gobierna el presidente Abdelaziz Bouteflika, desde 1999.



Por su parte, la oposición en Siria convocó una manifestación para este fin de semana en Damasco para expresarse en contra de la opresión y la corrupción gubernamental. La movilización está promovida por el movimiento islámico democrático en ese país.



El presidente sirio, Bashar al Assad, quien heredó el poder de su padre, Hafez al Assad en el año 2000, ha prometido reformas políticas. Incluso afirmó recientemente en una entrevista al diario estadounidense "The Wall Street Journal" que las protestas de Egipto, Túnez y Yemen son el preludio de una nueva era en Medio Oriente. "Los gobernantes árabes necesitarán hacer más para cumplir las expectativas políticas y económicas de sus pueblos", sostuvo, citó DPA.
Habrá que esperar para ver si al Assad reacciona como ayer lo hizo el rey Abdalá II de Jordania cuando en una decisión inesperada, pero en concordancia con las protestas que se han producido en ese país, designó a un nuevo jefe de gobierno, el ex primer ministro Maaruf Bajit, ante los reclamos de los jordanos sobre lo que consideran ha sido el fracaso del sistema político y las medidas económicas del actual gabinete.

Esto se produjo previo a la renuncia presentada a Abdalá II de Samir Rifai, el ahora ex primer ministro y el resto de su Ejecutivo.

Abdalá II solicitó a Bajit la implementación de "reformas políticas reales y rápidas". El apremio se justifica en las diversas protestas que han sucedido en las últimas semanas. Una de ellas ocurrida el viernes pasado en Ammán donde miles de personas, entre miembros de sindicatos y opositores, se manifestaron.

Las naciones árabes están convulsionadas y vientos de cambio hablan de regímenes, con características autocráticas, que se tambalean.


Los analistas afirman que lo que comenzó en Túnez y ahora ha continuado en Egipto podría ser el inicio de una revolución que en el escenario ideal podría traer un florecimiento democrático para estas naciones sumidas en un atasco político y económico. Muchos se preguntan si habrá un "efecto dominó" en la región y se atreven a plantear la pregunta: ¿cuál será el próximo de estos países que enfrentará hechos similares?

Lo que está claro es que estos gobiernos no han sido capaces de ofrecer a la población y a las generaciones que los han visto mandar las condiciones necesarias para pretender un futuro promisorio y una vida en libertad.